Hace unas semanas tuve la suerte de estar en la Escuela Nacional Superior de Arquitectura en Toulouse (ENSAT). Tenía tiempo de no acercarme a un taller de diseño, y de caminar entre maquetas, cartón y recortes de papel en el piso. Los muros y las ventanas tapizadas con posters de proyectos, perspectivas, cortes y “renders” me regresó a la memoria el gusto casi lúdico del diseño y del proceso creativo de la arquitectura. Aunque hace tiempo dejé formalmente la práctica profesional de arquitecto, y tengo una esporádica participación como docente dentro de un posgrado de arquitectura, mi actividad ha sido más en el ámbito del urbanismo que en el de la arquitectura. Con esta aclaración, en este artículo me atrevo a evocar algunas reflexiones de lo que yo creo serán algunos de los grandes factores transformadores del medio construido en general y de la arquitectura en particular.
Gran futuro para la arquitectura: señales de cambio
La arquitectura es ante todo un hecho sociocultural, y su desarrollo histórico nos enseña que las grandes innovaciones se explican menos por genialidades de individuos que por transformaciones socio-tecnológicas. En este sentido, si queremos imaginar en qué dirección se desarrollará la arquitectura en las próximas décadas, más que ver Architecure Digest hay que poner atención a las señales de cambio de la sociedad, la tecnología y la cultura.
Estoy convencido de que el futuro cercano de la arquitectura es altamente estimulante y seguramente veremos grandes innovaciones a escala local y global. Estas innovaciones tomarán forma muy diversa según las regiones del planeta, en buena medida por las diferentes fases de la transición urbana que viven las regiones, los países y por la diversidad cultural del globo. Mi argumento se basa en que los desafíos socio-ecológicos serán tan radicales que el diseño y la producción de los artefactos cotidianos y del medio construido tendrán transformaciones muy importantes. Adelante mencionaré únicamente cuatro de los que podrían ser estas transformaciones.
Urbanización y metropolización planetaria
Habrá mucho que diseñar, construir, rediseñar y reconstruir. Todas las previsiones apuntan a un planeta más urbanizado, con más población viviendo en ciudades, muchas de estas ciudades serán más extensas. Esta tendencia se reflejará en dos tipos generales de intervención sobre las ciudades: a) nuevas construcciones, y b) adaptación de construcciones obsoletas que tendrán que adaptarse a nuevas condiciones socio-ecológicas (el cambio climático solo es una de estas transformaciones).
Nuevas tipologías urbano-arquitectónicas
Las transiciones socio-ecológicas en curso representarán el fin de ciertas tipologías arquitectónicas y la emergencia de nuevas. De la misma manera que el desarrollo de la sociedad industrial provocó la emergencia de nuevos tipos de edilicios: estaciones de trenes, los talleres, los almacenes, vivienda obrera, y posteriormente con las consolidaciones de instituciones de un estado bienestar tipologías que ahora están consolidadas como escuelas, hospitales, guarderías, etc., las transformaciones socio-ecológicas serán factores para nuevas tipologías, y el reciclaje de las obsoletas.
Re-significación del lenguaje arquitectónico.
Derivado del punto anterior, la emergencia de nuevas tipologías y el reciclaje de tipologías obsoletas aunado con la intensificación de procesos de globalización cultural, es de esperarse que haya una adecuación en el lenguaje arquitectónico en el sentido de la arquitectura como hecho cultural. El reciclaje de edificios implicará una re-significación de la semiótica de la arquitectura; por ejemplo, la secularización de la sociedad, el abandono de los edificios religiosos ha permitido la desacralización de iglesias que se reciclan en una diversidad de usos lo que implica para parte de la población un cambio en el lenguaje de la arquitectura religiosa.
Reconfiguración del trabajo
En todos los sectores y desde muchos aspectos el trabajo tiene transformaciones significativas; flexibilización, desmaterialización, deslocalización, etc. El trabajo colaborativo será la regla para todos, y los arquitectos tendrán que colaborar más, de manera diferente, y entre diferentes. Las nuevas condiciones socio-tecnológicas y nuevas culturas organizarles están reestructurando el trabajo. Los arquitectos podrán (de hecho, ya lo están haciendo) contribuir con su trabajo en nuevos problemas y especialistas de otras disciplinas a su vez harán arquitectura. Por otro lado, las nuevas tecnologías tienen un campo fértil en la arquitectura tanto en el proceso de la concepción, como el de la materialización, pero además en la organización del trabajo.
Cambio climático
El cambio climático será sin duda el vector de transformación de la arquitectura más importante para las próximas décadas. Simplificando, el diseño, producción, operación y reciclaje del medio construido se regirá bajo dos mandatos: 1) mitigación y 2) adaptación. La industria de la construcción es uno de los sectores que más emisiones de CO2 emite a la atmósfera, con mayor impacto que los efectos de la operación de los edificios. Desde la adaptación, el medio construido tendrá grandes desafíos en cuanto al confort térmico, la seguridad ambiental ante eventos climáticos extremos, la salud (nuevas enfermedades, o atención a grupos vulnerables como adultos mayores y niños), etc., en síntesis, la práctica de la arquitectura tendrá que adaptar su “caja de herramientas” para nuevas condiciones de vida.
Seguramente hay otras factoras de cambio de la arquitectura que por ahora se me escapan, estos son de los factores más relevantes (señales fuertes) de transformaciones que experimentará la arquitectura. Sí no estamos muy lejos de estos escenarios, vale preguntarnos sobre la manera de afrontar estas transformaciones. No tengo duda que los arquitectos tendrán grandes desafíos, habrá que innovar, no solo en la arquitectura, sino también en la profesión.
La próxima entrega trataré desde mis perspectivas algunos de estos desafíos.
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